Ron Caney, de la tradición taína al futuro de la neurogastronomía

Redacción Exce…
14 July 2025 9:45am
Ron Caney

En Santiago de Cuba, donde el Caribe se respira y la historia madura al ritmo del tiempo, nace un ron que no es solo una bebida: es una experiencia sensorial. Ron Caney, heredero de una tradición centenaria, fue el primer ron creado tras el triunfo de la Revolución Cubana, aunque sus raíces se remontan mucho más atrás, hasta los taínos que dieron nombre a las casas caney y hasta los primeros lanzones de caña traídos por Cristóbal Colón.

Elaborado en la legendaria nave Don Pancho, con barriles centenarios y bajo la influencia del clima húmedo, los vientos alisios y la cercanía del mar, Ron Caney destila identidad. Es un ron de la tierra oriental, de aromas frutales intensos, cultivado por generaciones de maestros roneros que han sabido preservar el conocimiento y la técnica sin renunciar a la innovación.

La historia de Ron Caney también se expresa en su portafolio. Actualmente cuenta con cinco productos: Caney Blanco, Blanco Superior, Oro Ligero, Añejo Centuria y Caney 12 Años, que representa el nivel superior de la marca.

Esta gama está estrechamente vinculada con la tradición de su fábrica. Por ejemplo, los rones blancos —Caney Blanco y Blanco Superior— representan el alma de la región: el aguardiente. Aunque a veces subestimado, este aguardiente encierra frescura, aromas del cañaveral y la esencia misma del campo cubano.

Elaborados sin aditivos, son productos genuinamente naturales: el resultado de la fermentación, la destilación y el trabajo artesanal que comienza desde la siembra de la caña. Esa pureza les confiere frescura y carácter, capaces de conquistar desde el gusto popular hasta los paladares más exigentes.

En ExpoCaribe 2025, se eligió como protagonista de la presentación el Ron Caney Añejo Centuria, una decisión cargada de simbolismo y orgullo. No solo por tratarse de una de las expresiones más refinadas de la marca, sino también porque el Añejo Centuria fue reconocido en la edición anterior de la feria con el Premio a la Calidad del Producto. Un galardón que confirmó lo que en Santiago muchos ya sabían: es un ron que se añora, que despierta nostalgia y que forma parte de la memoria afectiva de toda la región.

De izquierda a derecha Lianet García Iparraguirre, especialista de Comunicación MULTISERVI S A, empresa Importadora y Exportadora de bienes y servicios, Maestra Ronera Noemi Del Toro Del Toro y Roberto Álvarez Pereira, directivo de la Asociación de Sommeliers de Cuba (ASC).
De izquierda a derecha Lianet García Iparraguirre, especialista de Comunicación MULTISERVI S.A., empresa Importadora y Exportadora de bienes y servicios, Maestra Ronera Noemi Del Toro Del Toro y Roberto Álvarez Pereira, directivo de la Asociación de Sommeliers de Cuba (ASC).

 

Pero lo que verdaderamente distingue hoy a Ron Caney es su apuesta por una nueva forma de vivir el ron: una experiencia inmersiva que va más allá de la cata tradicional. Se trata de una propuesta multisensorial que integra neurociencia, tecnología y cultura para enriquecer la conexión emocional con el producto.

Esta experiencia se canaliza a través de una innovadora aplicación desarrollada por Etnosommelier, entidad galardonada con el Premio Excelencia Gourmet 2024, y asesorada por la Asociación de Sommeliers de Cuba (ASC). Gracias a esta herramienta, el usuario puede descubrir armonías ideales, músicas que potencian sabores, momentos del día sugeridos según el ritmo circadiano, e incluso mapas con lugares recomendados para disfrutar del ron.

Este enfoque fue presentado por Roberto Álvarez Pereira, directivo de la ASC, quien introdujo al público de ExpoCaribe 2025 en el universo de la neurogastronomía, una corriente cada vez más presente en restaurantes y experiencias sensoriales alrededor del mundo. “Se trata de mirar la gastronomía desde otra perspectiva”, explicó, “condicionando no solo el sabor, sino también el entorno emocional y físico que rodea al comensal”.

Ron Caney

 

Durante su intervención, compartió ejemplos elocuentes: proyecciones de olas sobre la mesa en un restaurante de mariscos que modificaban la percepción del sabor; cómo las líneas angulosas del mobiliario pueden alterar la velocidad con que comemos; o cómo la luz cálida puede hacer más apetitoso un plato, incluso si está frío.

También detalló los hallazgos de un estudio conjunto con una organización alemana especializada en neurociencias aplicadas a la gastronomía. Entre los descubrimientos más relevantes figura la influencia de la música en el paladar: frecuencias agudas que intensifican lo dulce, graves que realzan lo amargo, y ritmos lentos que amplifican la complejidad del sabor.

A partir de estas investigaciones se desarrolló una aplicación que traduce la ciencia en una herramienta práctica para el consumidor. El sistema recomienda combinaciones entre rones, alimentos, momentos del día y música sensorial. Por ejemplo, si se selecciona Ron Caney Centuria, la app sugiere armonizarlo con habanos, frutos secos o quesos, y acompañarlo con música soul en horarios de la tarde, cuando el cuerpo está más receptivo según el ciclo circadiano.

La aplicación incluye también un Atlas Experiencial del Ron, un mapa inteligente que geolocaliza establecimientos donde puede vivirse una experiencia completa con Caney, a partir de búsquedas automatizadas en redes sociales y plataformas de reseñas. Próximamente, incorporará además una sección de coctelería evolutiva vinculada al sitio web de Multiservi.

Todo esto se apoya en un desarrollo tecnológico propio, que incluye un modelo de inteligencia artificial construido y entrenado con tecnologías nacionales, hospedado en servidores propios y alimentado por una base de datos con más de seis años de investigación sensorial y cultural. Esta IA incorpora un léxico aromático latinoamericano, capaz de reconocer descriptores desde el marco cultural del catador. Así, mientras en Europa se habla de regaliz, en Cuba se describe ese mismo aroma como “miel de purga”, evocando memorias compartidas del campo y los centrales. El sistema cumple con estrictos protocolos de seguridad, buenas prácticas y protección de datos, lo que garantiza una experiencia sólida, ética y contextualizada.

“Queremos que la experiencia de tomar ron sea memorable y multisensorial, no simplemente una bebida más”, concluyó Álvarez Pereira. Con esta visión, Ron Caney no solo honra su legado, sino que da un salto audaz hacia el futuro.

Ron Caney es, en esencia, un puente entre pasado y futuro. Una marca que honra su historia y mira al mañana con los pies firmes en la tierra cubana. No es solo un trago: es memoria líquida, saber ancestral embotellado, cultura viva que se comparte, se brinda y se reinventa.

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