La Habana, ¿ciudad de las columnas o de las escaleras? (+Fotos)
La Habana es una ciudad que metafóricamente se empina hacia las alturas, aunque su mayor edificación, el Obelisco de José Martí en la Plaza de la Revolución, no supera los 142 metros. Las columnas, en una variedad de diseños, sostienen las cubiertas de los extensos portales corridos en las avenidas principales de la ciudad y las estructuras de las fachadas y pórticos monumentales.
Fue este paisaje urbano el que inspiró al escritor Alejo Carpentier a nombrar a La Habana como la “Ciudad de las Columnas”, expresión que ha definido su personalidad citadina, desde entonces. Sin embargo, ¿son solo las columnas las que sostienen el carácter vertical de La Habana?
Pues resulta que no, hay que mencionar también a las escaleras. Este elemento arquitectónico está presente en más del 90 por ciento de las edificaciones, sobre todo, en las zonas con mayor densidad urbanística, donde los edificios, para aprovechar el espacio, están apareados y tienen más de una planta. En estos, las escaleras son la solución de acceso vertical.
El diseño de las escaleras es tan diverso, como el de las columnas, pero resaltan menos a la vista pues se encuentran en el interior de los inmuebles. Sin embargo, algunas como la gran escalinata de granito que precede al pórtico del Capitolio de La Habana, con su 55 escalones, sus 36 metros de ancho y 16 de alto, siguen siendo la admiración de todo el que visita el monumental edifico de gobierno.
Otras escalinatas habaneras de significativa belleza, son las del Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso”, las del antiguo Centro Asturiano, hoy Museo de Arte Universal, la del Casino Español en el Prado, la escalinata colonial del Palacio de los Capitanes Generales, la Escalinata de la Universidad de La Habana y muchas otras ubicadas en aristocráticos palacetes de Centro Habana, el Vedado, el Cerro y Marianao, construidas con exquisita profusión de mármoles y pasamanos, con balaustres ornamentados y lucernarios.
Una de las escaleras más fotografiadas por los turistas es la que sube hasta el famoso restaurante privado “La Guarida” en Centro Habana, que conserva su decadente prestancia, de palacio desaliñado y rumboso, con una onda retro, muy apreciada por los visitantes.
Las escaleras de mayor altura en la ciudad son las sobrias y útiles escaleras de escape de los “rascacielos” del Vedado, como el Focsa, el Hotel Habana Libre, el Hotel Riviera y el curioso Edificio López Serrano, que recuerda una torre neoyorquina a menor escala. La más alta de todas las escaleras de Cuba, es la que corre por el interior del Obelisco de la Plaza de la Revolución, con más de 140 metros de alto, hasta el mirador. La más incómoda de subir es la escalera de caracol del Faro del Morro, que en la medida en que asciende se estrecha, constituyendo un desafío la entrada al final para personas de anatomía generosa.