Arte Corte: un proyecto renovador que gana el Premio Excelencias

alina
27 June 2017 11:59am
Arte Corte: un proyecto renovador que gana el Premio Excelencias

La calle Aguiar, en La Habana Vieja, se nutre de un interesante proyecto de desarrollo local, llamado Arte Corte acompañado por la Dirección del Plan Maestro de la Oficina del Historiador de La Habana.

Su creador y estilista, Gilberto Valladares, trabajó junto a un grupo de peluqueros y barberos para rescatar los valores y respeto social que merecía este oficio. A lo largo de los años, se fueron sumando artistas, vecinos, emprendedores, enfocados en lograr el desarrollo integral de la comunidad del Santo Ángel, en La Habana Vieja.

Excelencias News Cuba en entrevista con Valladares, le acerca a este bienvenido proyecto cultural que surge en el año 1999 con el objetivo de promover y dignificar el oficio de la barbería y la peluquería.

 “Así como otros nos ayudan dentro y fuera del barrio apoyamos también todo lo que podamos. Asistimos en el trabajo a una Casa de Abuelos, tenemos un Taller Comunitario donde se imparten cursos de barbería, peluquería, cantina (este último con el apoyo de Havana Club S.A. y la Asociación de Cantineros de Cuba), pintura, bádminton, fútbol, entre otros”, asegura.

 “Mi interés en la barbería y la peluquería fue casual. Con 17 años de edad sabía que pronto iba a ser llamado al Servicio Militar y un amigo me dijo que los reclutas que eran barberos no tenían que hacer mucho (en lo que a marchar y hacer ejercicios se refiere), pues pasaban el tiempo pelando. ¡Decidí que quería ser barbero! Al entrar en la Escuela de Barbería tuve magníficos profesores que me inculcaron el amor al oficio y me gradué convencido de que ese era mi camino en la vida”, cuenta.

Papito -como lo llaman mucho-, tuvo la oportunidad de aprender, a lo largo de los años en la peluquería, de la mano de Juanita Mateo (empresaria catalana que se hizo famosa como estilista en La Habana), quien ayudó a crear en Cuba el primer salón unisex del país, Él y Ella, donde trabajó por mucho tiempo.

“Creo que lo que más apasiona a un peluquero es la oportunidad de influir positivamente en la vida de sus clientes. Un simple corte de pelo puede elevar o echar por tierra el ánimo o la autoestima de una persona, por eso debemos ser muy cuidadosos y respetuosos con nuestro oficio y amar lo que hacemos”.

Cuenta que en su familia no hubo tradición de este oficio, él fue quien lo inició…” Nunca me ha gustado imponerles nada a mis hijos, prefiero que escojan ellos su propio camino, pero mi hijo mayor, Harold, comenzó a pelar a sus amiguitos de la escuela con sólo 12 años y yo ni lo sabía. Al terminar sus estudios matriculó en el Taller Arte Corte y se graduó de peluquero. Hoy día trabaja conmigo en el salón, lo cual me llena de orgullo y felicidad”.

Desde los inicios, el establecimiento que es hoy la peluquería y barbería de Arte Corte es la casa familiar donde nació y crió a su hija pequeña. “En los comienzos del sector por cuenta propia en Cuba, no era posible arrendar un local para crear un salón, por lo que comencé en la sala de mi casa. Todos creían que estaba loco y que no iba a funcionar, pero la realidad ha demostrado que era posible. Es difícil, pues casi no hay privacidad y debemos compartir los espacios entre el trabajo y la vida familiar, pero ha valido la pena”, apuntó.

¿Qué es lo que más le gusta de su comunidad?

“Yo me crié y aún vivo en el barrio del Santo Ángel, en La Habana Vieja. Hablar del lugar donde uno ha vivido toda su vida es difícil, pues siempre quedará algo por decir. Creo que lo que más me gusta de mi barrio es la gente”

También el Barbeparque (parque infantil temático) forma parte de este proyecto. ¿Por qué un parque infantil y no otro proyecto comercial?

“El Barbeparque es un viejo sueño hecho realidad. Trabajamos para el desarrollo de la comunidad y tiene muchas dimensiones. Estamos acostumbrados a oír hablar de desarrollo económico, pero es aún más importante el desarrollo social, cultural, medioambiental, etc., y este proyecto forma parte de lo que hacemos. Los primeros bocetos fueron pintados por un artista de la comunidad: Roberto D. González y luego estudiantes del Instituto Superior de Diseño (ISDI) conformaron el diseño final. Gracias al apoyo de la Oficina del Historiador de La Habana, hoy los niños de la comunidad y la ciudad en general, pueden disfrutarlo”.

Este artista, a pesar de su oficio, siempre le atrajo la pintura, “… Aunque no soy pintor, quise plasmar en lienzo parte de la pasión que siento por mi oficio, por lo que creé dos colecciones de pinturas: “El hombre que no soy, el niño que no fui” y “Hasta el último pelo”. La primera la regalé a amigos y familiares y la segunda se encuentra expuesta en mi salón”.

¿Qué puede ocupar su tiempo libre?

“Sinceramente tiempo libre no tengo mucho, pero todo el que tengo se lo dedico a mi familia”.

¿Cómo quisiera ver a La Habana Vieja en un futuro?

 “La Habana Vieja se revitaliza cada día gracias al esfuerzo de Eusebio Leal y la Oficina del Historiador de La Habana. Tengo la esperanza de que al pasar de los años podamos devolverle toda su belleza a estos edificios tan magníficos que aquí tenemos.

Cuba avanza entre complejos escenarios a nivel mundial, pero avanza con paso firme y creo que las personas, que como yo, hemos apostado al desarrollo del sector por cuenta propia, podremos ser coprotagonistas de nuestro desarrollo”.

Por su labor de rescate de las tradiciones de la barbería y peluquería cubanas y su imbricación en el desarrollo de la comunidad se le otorgó el Premio Excelencias.

¿Qué le pareció este otorgamiento?

Recibir un premio siempre se agradece, pero me sentí especialmente emocionado esa noche al compartir mi premio con tantas personalidades del mundo de la cultura y los negocios de nuestro país.

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