Lo último de Excelencias Cuba
Santiago, 510 años vivos

Costa Gavras en Cuba, un lujo cinematográfico (+ Programa Festival Cine Francés)

alina
06 May 2015 7:37pm
Costa Gavras en Cuba, un lujo cinematográfico (+ Programa Festival Cine Francés)

Costa Gavras se hizo esperar, pero finalmente llegó a ese oasis creativo en medio de la nada que es la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños: el laureado realizador greco-francés venía para dar una supuesta conferencia magistral que devino encuentro con estudiantes al parecer más interesados en un “selfie” con el director que en preguntarle cosas de cine…

Lea aquí: Costa Gavras imparte clase magistral de cine en Cuba/ Propuestas del 18 Festival de Cine Francés en Cuba

Costa Gavras en Cuba, un lujo cinematográfico

Por: Vladimir Pardo

Costa Gavras se hizo esperar, pero finalmente llegó a ese oasis creativo en medio de la nada que es la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños: el laureado realizador greco-francés venía para dar una supuesta conferencia magistral que devino encuentro con estudiantes al parecer más interesados en un “selfie” con el director que en preguntarle cosas de cine…

En un español más que decente, eventualmente auxiliado por su traductor, el director de clásicos del cine político como “Z”, “Estado de Sitio” o “Missing” habló sobre las inspiraciones de algunas de sus películas, que parten de la premisa de que su estilo depende de la historia. Así en su filmografía encontramos thrillers, tragicomedias y dramas psicológicos y tremendamente humanos, por demás.

Para el cineasta, hacer cine exige ética con los personajes y los acontecimientos, ya sean en temas históricos o sociales. La dramaturgia viene luego, y esta dicta el estilo. A propósito, negó que tenga un programa político en su obra, sino intereses personales que le interesa abordar. Quizás por eso nunca ha filmado una película sobre Cuba, porque no encontró nada que decir de este país que no hubieran dicho ya los cineastas cubanos.

“El cine cubano me interesa por su calidad, y porque siendo este un país pequeño y sin recursos se propuso y logró hacer un cine auténtico y de calidad. Cuando existe una voluntad política se pueden lograr grandes cosas en la cultura”, afirmó Gavras.

Al respecto, aseguró a Excelencias Cuba que cree en la pertinencia de una especie de Ley de Cine que ampare al cineasta y fije unas reglas más allá de las veleidosas afinidades de personas y circunstancias. “Existen leyes para la salud, para la educación, para el deporte… ¿por qué no para el cine?”, señaló.

Reivindicó además al cine como espectáculo, pues las propuestas vanguardistas o difíciles corren el riesgo de caer en la decrepitud. Además, la era digital plantea nuevos desafíos desde el momento en que no es necesario ir al cine, y la película puede verse hasta en un teléfono. “Se establece una relación diferente con el espectador, y es algo que existe, y debemos asumir aunque sin olvidar la gran pantalla”, afirmó el cineasta, quien admitió que considera ridículo excesos tecnológicos como el sonido 5.1 surround.

Sobre su regreso a San Antonio, evocó los talleres que impartió junto al novelista colombiano Gabriel García Márquez, en los cuales a partir de una obra literaria se iba construyendo un guión cinematográfico. Recordó su amistad con Alfredo Guevara y le parece emotivo que muchos cubanos reserven sus vacaciones para ver películas durante el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, si bien considera que la muestra debería salir de La Habana, para universalizar esa otra manera de hacer cine.

“Encontrar otros cines y maneras de hacerlo es necesario”, señaló el veterano autor, quien lamentó que en Francia la industria estadounidense cubre la mitad de lo que exhiben las salas de cine, lo cual unido a la avalancha digital acentúa el peligro de que las transnacionales del cine  lo controlen todo  y creen una “neocultura” muy riesgosa para la humanidad.

Costa Gavras vino a Cuba como parte de la delegación artística gala que participó en el Festival de Cine Francés, en el cual presentó su más reciente filme, “El Capital”.

Costa Gavras imparte clase magistral de cine en Cuba

Por Martha Sánchez

El laureado realizador franco-griego Costa Gavras impartió en Cuba una clase magistral a estudiantes de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, donde defendió las potencialidades políticas del séptimo arte y confesó que le hubiera gustado dirigir una película sobre la relación de su generación con la isla caribeña.

   Invitado por los organizadores del 18 Festival de Cine Francés, Gavras viajó por quinta vez a Cuba a fin de compartir conocimientos y presentar su más reciente filme, El capital.

   De acuerdo con el actual director de la Cinemateca Francesa, el filme ahonda en una adicción contemporánea, la atracción generada por el poder financiero, ante el cual se afloja hasta el poder político.

   Muchos hombres y mujeres buscan tener más y más dinero como una especie de adicción, comentó momentos antes de la primera presentación.

   Gavras ganó su primer Premio Oscar en 1969 con Z, y desde entonces el mundo ha cambiado mucho y él también, según reconoció, pero no desea alterar algunos principios de la vida y en particular la ética. 

   Las realizaciones de este cineasta implican siempre una aguda mirada social y política, que no solo refleja a través del lente sino con la pluma y, de hecho, varios de sus guiones obtuvieron lauros como el Oscar y el Bafta en Estados Unidos, y la Palma de Oro en el Festival de Cannes, en Francia, ese fue el caso de Missing (1982).

   A juicio del director, el cine debe proponerse decir algo, dejar un mensaje, amén de que innegablemente constituya un espectáculo.

   En 1989, Gavras conmocionó con La caja de música, un drama protagonizado por Armin Mueller-Stahl y Jessica Lange, quien estuvo nominada al Oscar como mejor actriz ese año mientras la cinta se alzaba con el Oso de Oro a mejor película en el Festival de Cine de Berlín, Alemania. Otra de sus cintas premiadas fue Amén, ganadora del Premio Cesar a Mejor guión en 2003.

   Francia ha sido un terreno fértil para este director por la cultura cinematográfica, fundada gracias a la importancia concedida por sucesivos gobiernos a la existencia de un cine nacional, un arte que influye en la imagen del país, reflexionó.

   Todos los gobiernos franceses, sean de izquierda o de derecha, han entendido eso y apoyado la idea. La existencia de un cine nacional forma parte de una voluntad política y el gobierno lo apoya, no solo económicamente, añadió.

   Para Gavras, Francia y Cuba comparten esa voluntad y los esfuerzos realizados aquí por Alfredo Guevara y el gobierno revolucionario al poder desde 1959 demostraron que un pequeño país puede tener un cine importante.   

   A los 89 años de edad, le da pena impartir lecciones pero retornó a la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños por satisfacción, pues hace tiempo estuvo allí invitado por su fundador, el Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, y le encantó intercambiar con los jóvenes.

   El realizador consideró algo maravilloso que el espectador cubano saque vacaciones para no perderse fiestas fílmicas como los festivales del nuevo cine latinoamericano o el de cine francés, y reivindicó el ritual de ver películas en la sala oscura.

Propuestas del 18 Festival de Cine Francés en Cuba

La presente cita del Festival de Cine Francés en Cuba exhibe en la mayoría de las provincias del país una selección de las mejores películas francesas de los últimos dos años. Entre ellas, Timbuktu, ganadora del más alto galardón de la cinematografía francesa, el Premio Cesar en 2014 (obtuvo siete), y Los chicos y Guillermo, a comer!, triunfadora de los Premios Cesar en 2013 con cinco estatuillas, así como la cinta más taquillera en Francia desde Intocable, titulada Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? (Premio Lumiere al mejor guión), una comedia hilarante de dobles y triples sentidos.

   Además, la muestra incluye la última película rodada por el recién fallecido Alain Renais, autor vinculado a la corriente cinematográfica denominada “Nouvelle Vague”, y creador de clásicos como Hiroshima mon amour.

   También aparece en cartelera el filme que le valió nuevas nominaciones al Oscar y al Cesar (en 2015) a la actriz francesa Marion Cotillard, Dos días, una noche, y una nueva versión de La bella y la bestia (Premio Cesar al Mejor Diseño de Producción en 2013), interpretada por Vincent Cassel y Lea Seydoux.

   Como singular atractivo, el Instituto de Cine Francés envió este año cuatro clásicos restaurados con una calidad que, según el crítico cubano de cine Antonio Mazón, permite apreciar mayor número de detalles y disfrutar mejor de elementos como el vestuario, la escenografía y rasgos físicos de los artistas.

   Las obras reconstruidas son Cero en conducta (1933), de Jean Vigo; La gran ilusión (1937), de Jean Renoir; Los niños del paraíso (1945), de Marcel Carné; y Casco de oro (1952), de Jacques Becker.

   En La Habana, los cines Chaplin, 23 y 12, Yara, La Rampa y el Multicine Infanta, se turnan las propuestas altamente elogiadas por experimentados críticos como Luciano Castillo y el propio Mazón, debido a la diversidad de temas y excelente trayectoria de muchas piezas en eventos internacionales especializados.             

Back to top